La crítica de Juan: "Roman J. Israel, Esq."

Ficha técnica:

Título original: Roman J. Israel, Esq.

Año: 2017

Duración: 129 minutos

Director: Dan Gilroy

País: Estados Unidos

Reparto: Denzel Washington,  Colin Farrell,  Carmen Ejogo,  Shelley Hennig,  Nazneen Contractor, Amanda Warren

La honestidad tiene un precio.

Los seguidores más acérrimos de Nightcrawler dicen de ella que es una película inteligente, absorbente... pura adrenalina. No encuentro, ni de lejos esos adjetivos en el nuevo trabajo de su director, Dan Gilroy: Roman J. Israel, Esq, que se estrena este viernes en España.

En esta película de nombre kilométrico se nos presenta, a grandes rasgos, la historia de Roman J. Israel, un abogado y defensor de los derechos humanos, que por una serie de acontecimientos ve enfrentados los principios que siempre ha defendido.

Para interpretar a este personaje, Gilroy cuenta con uno de los mejores actores posibles: Denzel Washington, ganador de dos Oscar y con una filmografía que incluye grandes películas como American Gangster o Training day (Día de entrenamiento). Su interpretación es sin duda lo mejor de una mediocre película. Bajo un notable cambio físico (kilos de más, pelo afro, dentadura...), Washington da vida a un hombre solitario y maniático, muy capacitado en su trabajo, pero bastente torpe socialmente.

¿Mande?

Aunque suene contradictorio, el mismo Roman es uno de los (numerosos) problemas de la película. Me cuesta mucho empatizar con él: es desesperante y muchas veces no consigo entender por qué actúa de una manera u otra. Claro, que en este caso la culpa cae sobre el guion, escrito por el anteriormente citado Gilroy y que dista de ser notable.

Como secundarios destacan Colin Farrell (Minority Report, Corazón rebelde) y Carmen Ejogo (Selma, Animales fantásticos y dónde encontrarlos), que si bien no realizan un trabajo increíble, sí que dotan al filme de algo de profundidad. Por ejemplo, la relación profesional que tiene el personaje de Farrell con el protagonista es simplemente de lo más interesante que nos ofrece Roman J. Israel, Esq. Sus diálogos no llegan a ser memorables, pero por lo menos nos permiten conocer un poco más de la (complicada) personalidad de Roman y sus ideales.

Roman (Denzel Washington) y su nuevo jefe, George Pierce (Colin Farrell)

Aunque su duración no sea excesivamente larga, la película termina siendo pesada. Todo está contado con una parsimonia alarmante, el montaje y las transiciones de escenas son dignas de malos telefilmes, la banda sonora no es nada memorable... Esto causa que escenas que deberían estar dotadas de mucha tensión, como la de una persecución acaben por ser incluso cómicas: no transmiten nada y son incluso ridículas.

Y es que esa es la frase que define a Roman J.Israel, Esq: no transmite nada. Se queda a medio camino de la crítica social y por ende no hace plantearse cuestiones al espectador. Es una película que se puede ver, con mayor o menor interés, pero es totalmente olvidable. No ayuda tampoco que tenga un final tan insulso y frío.

La recaudación en la taquilla americana del filme fue muy mala: apenas superó la mitad de los 22 millones que costó (por cierto, no entiendo en que se pudo gastar tanto dinero, más allá del sueldo de los actores). Las críticas tampoco fueron para tirar cohetes, y más allá de las nominaciones de Denzel Washington a Globos de Oro, SAG y Oscar, fracasó en premios. Aprovecho para hacer una apreciación personal sobre su nominación al Oscar: estoy prácticamente seguro de que si no hubiese sido por las acusaciones a James Franco, no hubiese sido nominado. Washington está bien, como dije antes, pero la actuación de Franco es posiblemente la mejor de su carrera y mucho más digna de reconocimiento.

En conclusión: una película mediocre y un estreno prescindible. Lanzar este filme hace unos meses hubiese tenido mucho más sentido aprovechando el "tirón" de los Oscar (en Estados Unidos lleva meses en Blu-ray) pero a día de hoy no resulta más interesante que películas en cartelera como Vengadores: Infinity War o la española Campeones.